Las caricias y los abrazos son una forma de manifestar el amor por nuestros hijos, e incluso inconscientemente ya lo ponemos en práctica desde el embarazo, acariciando la barriga en un intento de conectar físicamente con nuestro bebé.
Durante los primeros meses del bebé, muchos padres recurren a los masajes para establecer un mayor contacto, relajarles, aliviarles los cólicos o simplemente aprovechar los múltiples beneficios que tiene para todos esta maravillosa práctica.